Además de estar en la cuesta de enero y en las rebajas también estamos en plena recogida de la cosecha de la aceituna, por suerte o por desgracia ningún año me lo pierdo, y digo por desgracia por el frío que pasamos sobre todo cuando las olivas están mojadas y te duchas literalmente con el agua que te cae, claro ya te pones chorreando y como no te pille un sitio de sol mientras ordeñas la oliva te quedas más helada que un cubito de hielo. Lo bueno de todo es que vamos en familia por lo que no es lo mismo que si lo coges con un ajeno, no madrugamos, y sobre todo disfrutamos de la comida en la chimenea que nos prepara mi madre, pero claro imaginaos luego con la tripa llena tener que agacharse a tirar del paño eso sí que es un poema. Lo pasamos muy bien contamos chistes y también hablamos de todo un poco, además de discutir también en alguna ocasión pero bueno nada que no se pueda remediar, todo queda en agua de borraja.
Justo terminamos el fin de semana pasado la verdad que siempre la hemos cogido en el puente de diciembre de la Constitución lo que pasa que este año mi padre ha tenido problemas con el tractor y no podíamos llevarnos la aceituna, por lo que mi padre decidió retrasar su recogida. No nos podíamos fiar y dejarla allí seguramente al día siguiente nos hubiéramos encontrado con el hueco, por suerte por internet no es difícil encontrar enseguida desguaces tractores john deere y en cuestión de poco tiempo ya le habían mandado a mi padre la pieza para poder arreglarlo el que más tardó después fue el mecánico que parecía que se habían puesto todos los señores del campo de acuerdo para tener una avería en su tractor. Pues nada ya todo arreglado el fin de semana pasado ya le dimos el adiós hasta el año que viene, esperando que estén tan cargaditas como este año ya que así recogeremos mucho más aceite y seguro que algo de dinero. Mientras tanto ahora a mi padre le toca cuidar de las olivas por lo que el trabajo aún no ha terminado, si de verdad quiere que el año que viene tengamos una buena cosecha y disfrutemos de las ricas comidas en la lumbre de mi madre.